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La magistral jugada china: El gigante asiático ha tomado el pelo a Europa con los coches eléctricos
Queridos lectores de Miana Motor, hoy nos toca hablar de una de las mayores tomaduras de pelo de la historia de la automoción. Y no, no hablamos de cuando Volkswagen nos dijo que sus diésel eran más limpios que el agua bendita. Esto es mucho más gordo, más elaborado y, sobre todo, más inteligente. Vamos a ver cómo China ha ejecutado una jugada maestra digna del mejor Kasparov, mientras Europa hacía el primo como si no hubiera un mañana.
El gancho perfecto: “Mirad qué verdes somos”
Todo empezó hace una década, cuando China empezó a bombardearnos con su compromiso inquebrantable con el coche eléctrico. “¡Somos los salvadores del planeta!”, gritaban desde Pekín mientras construían centrales de carbón a ritmo de una por semana. Pero eh, eso no importaba porque tenían coches eléctricos. Y Europa, ay Europa… Como un adolescente intentando impresionar a la chica guapa de clase, se tragó el anzuelo, el sedal y hasta la caña de pescar.
¿Y qué hizo nuestra querida Unión Europea? Pues lo que mejor se le da: regular. Prohibir el motor térmico para 2035, meter etiquetas medioambientales hasta en la sopa, y hacer que nuestros fabricantes se gastaran más pasta en reconvertir fábricas que el presupuesto de la NASA…